En el punto de mira

Una de mis inquietudes es orientar el enfoque que el observador vaya a hacer al mirar un cuadro. Esta preocupación se relaciona directamente con la composición de la obra, que siempre ha de tener un equilibrio de dinámicas, de formas, de contrastes y de conceptos en referencia a un «punto de mira» o centro de referencia principal.

Ese equilibrio no siempre implica quietud, simetría o estabilidad; puede ser dinámico, precario o inestable y de esa manera trasladar al observador los estados de animo o emocionales del autor, sin aludir a ellos de forma explícita.